¿Cómo es posible que el ex ministro del Interior no presente una denuncia contra el Centro Nacional de Inteligencia por no haberle informado de que el dirigente socialista
Fernando Huarte trabajaba para la
Casa cuando antes y después del 11-M se entrevistó en la cárcel de Asturias con el lugarteniente de Lamari?
No le falta razón al Partido Popular. El caso Huarte da un giro de 180 grados a la investigación de los crímenes de Madrid. Ya no es suficiente con pedir nuevas comparecencias y rogar que no se cierre la Comisión que nada investiga. La minoría parlamentaria que representa a diez millones de españoles tiene que hacer mucho más. No puede conformarse con leer cada mañana el diario
El Mundo.
Ahora entendemos a
Zapatero cuando aseguró en el Congreso que desde el mismo 11-M sabía que no habían sido los etarras los que volaron cuatro trenes en Madrid. ¿Lo supo por Huarte? ¿Con quién comentó sus contactos el espía que controlaba al amigo de Lamari? ¿Acaso con los directivos de la Cadena SER? ¿Qué sabe o no sabe de sus ?trabajos? el asturiano
Álvaro Cuesta? ¿Por qué está ?desaparecido? desde hace cuatro días?
Tal vez ?como sospecho gracias a las investigaciones de
Fernando Múgica- la mochila que se desactivó en la Comisaría de Vallecas fuera sólo un señuelo para culpar a un grupo terrorista ?controlado por la GC, la PN y el CNI- de lo que no hizo; pero, mientras se mantenga la acusación, ni el PP ni el Gobierno pueden dejar el asunto en manos de los periódicos.
De ser una trampa la bolsa que nadie sabe por qué no explotó en El Pozo, quien ideó la celada participó en los crímenes; y si -como mantiene hoy el
Ministro del Interior- no lo es, Fernando Huarte ha de ser citado por un juez para que explique qué le contó o no le contó el lugarteniente del tristemente famoso Lamari, y si informó de estas conversaciones, entre otros, al hoy portavoz del PSOE.
Fíjense en lo que
Libertad Digital ha rescatado del olvido:
?El día 22 de marzo de 2004, en una rueda de prensa en Santander, Alfredo Pérez Rubalcaba preguntó al todavía Gobierno del Partido Popular: "¿Señores del Gobierno, a ustedes no les dijo nunca el CNI que podía haber radicalismo islámico detrás de esto? Yo sostengo que sí, el jueves por la tarde", es decir el mismo día de la masacre?.
La acusación de Rubalcaba es gravísima.
Ángel Acebes está hoy obligado a contestarla. Y no en rueda de prensa; con una denuncia en el juzgado de guardia más próximo a su domicilio. Es cierto que Fernando Huarte es responsable de la seguridad del PSOE en Gijón, pero también es cierto que en marzo de 2004 trabaja para el CNI; es decir, para el Gobierno de
José María Aznar.
Si el ejecutivo anterior pretende mantenerse al margen de todo lo que rodea a Huarte, los que fueron sus responsables tienen primero que personarse ante un juez y en contra de los que dirigían el Centro Nacional de Inteligencia. Ya no basta con pedir comparecencias. Es hora de denuncias con nombre y apellidos, que dicen que se puede morir el Papa y nuestro embajador en Roma estará entonces muy ocupado.
Nos acabamos de enterar de que a pesar de todo lo que les llueve, el PSOE ya se ha negado a aceptar que comparezcan en la Comisión de Investigación el actual Jefe del CNI y su antecesor. Y es que los socialistas parecen decididos a hundirnos en el más siniestro de todos los agujeros negros que puedan existir. Peor imposible. Al PP sólo le resta acudir a los tribunales.
En fin. Hagan lo que hagan unos u otros, es vergonzoso que nos tengamos que enterar por un periódico de toda la inmundicia que rodea al mayor atentado terrorista que hemos sufrido en Europa.