España Liberal, 2005-05-13
Tal vez antes de una semana sabremos si renueva su confianza en los periodistas que han logrado multiplicar su audiencia hasta cotas que nadie confiaba en que pudieran alcanzarse en tan poco tiempo. Los señores obispos tienen la palabra. Enorme es su responsabilidad. Mucho está en juego. Nada menos que la libertad de prensa en un país en el que casi todos los medios sirven al sectarismo, a la superficialidad, a una progresía liberticida y al Gobierno de turno.
Sin Federico Jiménez Losantos y sin César Vidal, nadie, salvo algún periodista de
Onda Cero, preguntará desde una emisora de radio por los agujeros negros que envuelven el peor crimen de nuestra historia. Rubalcaba y sus amigos lo saben. Presionan para matar al mensajero. Piden de mil modos su cabeza porque no son capaces de rebatir sus argumentos.
Confiemos en que la Iglesia Católica sepa estar a la altura de las circunstancias. Hoy existe la COPE. Sin Jiménez Losantos y sin Vidal, desaparecería. Esperemos que el Espíritu Santo ilumine una vez más a los prelados dueños de un medio imprescindible. Los que lo han hecho indispensable han de continuar. Sin ellos seremos todos ?también los obispos y los valores que defienden- muchos más frágiles. Muy pronto saldremos de dudas.