En sus
Cartas del Director de los domingos
Pedro J. Ramírez suele dar pistas sobre las revelaciones que su periódico va a publicar en los próximos días. Por su interés, reproducimos parte de lo que ayer leímos en el diario
El Mundo firmado por su máximo responsable:
?? por si faltaba algún elemento para la angustia y el estremecimiento conocimos la frase lapidaria ?nunca mejor dicho- de su compinche
Olarra: ?Un 11 de marzo cambió el guión establecido?. Así, sin que aparentemente viniera a cuento, uno de los más monolíticos transmisores de la percepción etarra nos comunicaba que para la banda está claro que el origen de esta inesperada alza de su cotización política está en la masacre que dejó 192 cadáveres en tres estaciones madrileñas.
¿Llegará el día en que veamos jactarse a ETA de haber coadyuvado a la matanza ?callejón de
Trashorras mediante- o tendremos que seguir conformándonos con considerarla como beneficiaria de los engranajes del juego de ?azar? a los que
Zapatero recurrió ante la Comisión del 11-M para explicar lo inexplicable? ¿Cuántos nuevos miembros de los aparatos del estado como el policía
Maussili Kalaji iremos encontrando, entre tanto, en esa investigación del atentado que nuestro periódico prosigue casi en solitario y en la que en la semana que no aparece un islamista radical afiliado al PSOE como
Mouhannad Almallad aparece un socialista afiliado al radicalismo islámico como
Fernando Huarte?
¿Hasta dónde van a llegar los vasos comunicantes que estos tres individuos y el resto del elenco mantenían entre sí? ¿Fue la idea de darse de alta en la agrupación socialista de San Blas uno de los consejos que Kalaji reconoce haber impartido a Almallad después de su primera detención? ¿Tiene eso algo que ver con la estrecha relación que el lugarteniente de Huarte, el carnicero y presunto agente del CNI como él,
Rabia Gaya mantenía con el inquilino del piso de Almallad y supuesto autor material del 11-M
Fouad El Morabit?
Si a los riesgos intrínsicos de una negociación con ETA, que Zapatero se empeña en tratar de emprender sin tan siquiera tener debajo de la torre el colchón amortiguador del PP, les añadimos, pues, las tremendas incertidumbres sobre cómo se engendraron los negros nubarrones que la masacre puso en el paisaje, la conclusión es que está huída hacia delante a la que nos arrastra Zapatero, será todo lo audaz y trepidante que se quiera, pero no puede salir bien.?
Hasta ahí lo que a mi juicio es más significativo de la carta de Pedro J. Confío en que muy pronto
Fernando Múgica y sus compañeros respondan a las preguntas que se hace su jefe. Las declaraciones de Olarra no tienen desperdicio: ?Un once de marzo cambió el guión establecido?. Ya lo creo que cambió. Mucho más de lo que nadie podía esperar. Ahora toca saber quién lo cambió. Tal vez Olarra y sus compañeros lo sepan y a Zapatero le conste.
¿Qué pasaría en España si un etarra confesara que fueron ellos los autores de la matanza, que avisaron de ella y no les hicieron caso? ¿Qué diría entonces el presidente del Gobierno? Si fue ETA quien asesinó a 191 personas una confesión de parte pondría en muy serias dificultades al Gobierno y al Partido Socialista Obrero Español. Imaginen el terrible chantaje del que podrían servirse los etarras para someter a su antojo la voluntad de la persona más poderosa de España.
En cualquier caso, aunque es cierto que la posible coacción explicaría muchas de las sorprendentes claudicaciones que han llevado al Parlamento Español a ofrecer diálogo a los verdugos sin que ni siquiera mediara una tregua, no debemos atormentarnos con supuestos tan pavorosos mientras no canten los que encargaron a Trashorras un coche cargado de explosivos que horas después voló por los aires en Santander. Mejor esperar acontecimientos. Yo creo que Maussili Kalaji -el policía sirio de baja por depresión- les ha contado muchas cosas a los investigadores de
El Mundo. Quizás en los próximos días ?tal vez mañana mismo- las compartan con nosotros.