Este jueves se pondrá una vez más de manifiesto lo lejos que está el sufrimiento del disimulo y la verdad de la mentira. Las víctimas de la peor de las masacres que ha sufrido Europa rogarán a sus señorías que no renuncien a la verdad. Se concentrarán en Madrid para pedir que no se cierre la Comisión que no investigó el 11-M. Muy cerca del hemiciclo donde se consumará la infamia, las víctimas les pedirán a los que dicen les representan que no se olviden de su sufrimiento, y les recordarán qué no está claro quién les destrozó la vida y que no cuenten con ellos para pasar sin leer página tan espantosa.

A pesar de que nada investigó, la Comisión del 11-M sirvió para demostrar dos evidencias. La primera de ellas es que mintieron muchos de los que allí no explicaron lo hasta ahora inexplicable. La segunda, que el Partido Socialista Obrero Español no quiere investigar el crimen que le permitió alcanzar el poder.

No obstante, no está dicha la última palabra. Tenemos que tener mucha paciencia. Nunca tanto quedó en nada. Ya somos muchos los que queremos saber. No para ganar unas elecciones. Para poder levantar la vista del suelo. Este jueves en Madrid tenemos que estar con los que no se resignan con una subvención ni con salir en televisión cada pocos días. No les mueve el odio ni culpan a los políticos de su sufrimiento; sólo piden lo que es justo, saber quién voló los trenes en los que ellos o sus familiares se subieron el once de marzo de 2004. La cita es este jueves. A las 12. En Neptuno.