Ya queda menos. Lo que conocimos hoy es muy importante. Despacito. Sin PRISA, pero sin pausa; vamos deshilando la madeja asesina que idearon los que tal vez sin quererlo asesinaron a 192 inocentes. Todos quisiéramos ir más rápido, pero no podemos perder ni el ánimo ni la paciencia. Despacito, como se duerme a los niños. Con el paso del tiempo, valdrán más nuestras preguntas que sus embustes. Las urgencias no son buenas. Ya debe constarles a los que construyeron en la misma mañana del 11-M -después de que se desactivaran otros dos cebos falsos- la mochila-trampa que apareció sólo ellos saben cómo en la Comisaría de Vallecas. Y es que por más que se empeñen en tomarnos por imbéciles, no podrán evitar que como ya se ha demostrado con la bolsa que nos ocupa, una tras otra, todas las piedras de Pulgarcito se conviertan en algodón.

Hoy -gracias a una magnífica información de Luis del Pino que pueden leer en Libertad Digital- sabemos que en las autopsias que se realizaron a los cadáveres del 11-M no se encontró metralla de origen terrorista ni rastro alguno de Goma 2. Lo que confirma que la tristemente famosa mochila de Vallecas -en la que sí se encontró metralla y Goma 2- no es más que un señuelo falso que sirvió para detener muy a tiempo a Jamal Zougam, y para que los que nunca quisieron saber qué ocurrió creyeran la gran patraña con la que han pretendido envolver a la masacre de Madrid.

La supuesta dinamita Goma 2 que dicen robó El Chino en Mina Conchita, no se utilizó para asesinar a nadie. Lo que pasó en Asturias no es más que una de las tapaderas que responden sólo a un intento de engaño, pero que no ayudó a volar cuatro trenes de cercanías. En el 11-M confluyeron dos tipos de tramas, cuatro ideadas por algunos -bastantes- conspiradores que -sin intención de asesinar- jugaron con fuego con el objetivo de engañar al Gobierno de Aznar; y otra brutal, integrada por asesinos en serie -muy pocos- a los que no importó acabar con la vida de 192 inocentes.

Queda mucho por conocer. Pero algo ya sabemos con seguridad. Y es que nadie con una mínima capacidad de análisis y un átomo de decencia, puede creer una palabra de una versión oficial que trata de que nos conformemos con la gran patraña. Puro teatro. Estudiado simulacro. Como hemos dicho en otras ocasiones, allá el Gobierno con su responsabilidad, pero se arriesga a que con el paso del tiempo le culpen de lo que no hizo. Ya son muchos los socialistas que preguntan por qué está preso Jamal Zougam y por el extraño suceso que se vivió el tres de abril de 2004 en Leganés. A Zapatero se le acaba la baraka. No podrá pasar la página. Es mucha la sangre que la empapa. Cientos de miles de los que le votaron le exigen hoy que explique lo de la mochila de Vallecas.