El Socialista, 2 de enero de 1932
Sobre una pastoral. Conceptos equívocos.
A consecuencia del cambio de régimen, vistos sus resultados y su manera de actuar, los católicos españoles han recibido del episcopado una pastoral colectiva, redactada en términos bastante equívocos.
Ha coincidido esta decisión de la Iglesia española -«a caza de espera, jauría muda»- con la consolidación del actual estado de Gobierno, como si una esperanza lejana la hubiese mantenido en su mutismo, aun durante la discusión en las Constituyentes de las leyes que más directamente le afectaban.
La formación del clero está presidida por un sistema de doblez y de falso acatamiento hacia todo aquello que se quiere derribar, y que por el momento no es derribable por no poseer medios propios.
Nosotros hemos creído siempre que la función religiosa era una cosa completamente desligada, profundamente aparte de la cuestión política. Al abogar por la libertad de conciencia para todos, no creemos que en nuestro fuero interno se alcen obstáculos, que constituyan barreras infranqueables, producidos por la ley que se estudia, se discute y se aprueba con caracteres generales.
La Iglesia, considerando que no es así, hace un distingo entre lo que es ley y lo que es legislación, entre lo que ordena el Poder constituído y lo que se estampa en el papel, cosa que no entendemos bien, pero que sirve a maravilla a esa labor de resistencia pasiva y que proporciona a los católicos un dilema favorable para desobedecer el derecho, siempre que su cociencia se lo dice.
Numerosos actos, llevados a cabo desde que existe la República, demuestran una labor enemiga, sucia y torpe por parte de los elementos católicos, que se da de bofetadas con los ideales que ellos dicen sustentar.