El Sol, 20 de noviembre de 1931
EN EL CAFE
La definitiva iconografía de D. Ramón del Valle Inclán ha de hacerla un pintor sobrehumanizado: Solana.
Caído en el diván... Caído, sí, con la elegancia sobria de una vitela miniada. En cruz, espiritualmente, sobre el «peluche» de los divanes. Santón de la burla, «dandy» del arroyo, gran «romancista» de lo muy rojo y de lo muy negro.
Leer más...
El Sol, 2 de octubre de 1931
Salamanca, 1.- Este año la inauguración del curso académico ha revestido extraordinaria brillantez y solemnidad. El paraninfo se hallaba abarrotado de estudiantes y gentes de todas las clases sociales, quedando fuera por falta material de sitio, a pesar de ser muy amplio el local, numerosas personas.
En el estrado tomaron asiento los catedráticos, que este año no llevan traje académico, y las autoridades.
El discurso inaugural estuvo a cargo del catedrático de la Facultad de Medicina D. Casimiro Población, que disertó acerca de «Algunas orientaciones para la reforma de la enseñanza de la Medicina».
Leer más...
La Voz, 10 de agosto de 1931
En Don Miguel de Unamuno todo termina o puja por terminar en punta. Como prueba de ello, hasta sus mejillas están ya consiguiendo esta terminación. Y como irrebatible argumento, resista el incrédulo los alfileres de la mirada de Don Miguel y los picotazos de su lengua, y pronto notarán todos los pinchazos convergentes en una sola punta que se adentra, reventando un delicioso dolor mental.
Es el picotazo uno de los talentos de don Miguel.
Leer más...
El Sol, 7 de julio de 1931
A las dos de la tarde de ayer se celebró en el Hotel Nacional un banquete de homenaje a D. Miguel de Unamuno organizado por un grupo de estudiantes (...).
DISCURSO DE D. MIGUEL DE UNAMUNO
Al levantarse a hablar el señor Unamuno fue acogido con una clamorosa ovación. Don Miguel, dando trato de amigos a todos los asistentes, comenzó declarando que se sentía defraudado, pues juzgando por quienes le habían invitado y organizado el homenaje, creía que iba a estar sólo entre estudiantes. «Aquí -dijo- veo bastantes personas que, como yo, peinan canas y que no son estudiantes sino profesores.
Leer más...
La Voz, 22 de septiembre de 1931
COMO DE PASO
Don Ramón Pérez de Ayala, el joven maestro de nuestras letras está hoy en su patria como de paso. La República que supo llamar y atraer a los hombres sustantivos de España, a los valores afectivos de la raza dispuso que este gran escritor llevara a la nación más representativa de Europa la nueva enjundia política española.
A su paso rápido por Madrid hemos conseguido robar una hora de charla al autor de La pata de la raposa. Pérez de Ayala que tiene «cordialidad cerebral» se ha prestado generoso al atraco perpetrado por el cronista abriendo sus brazos y con las olas de ellos las de su inteligencia preclara y ha departido locuaz y fácil, como todo pródigo de ideas, sin una pausa en el diálogo, sin una reserva en el juicio y un admirable tono fraterno.
Leer más...
La Voz, 26 de octubre de 1931
«CHEZ» CLIO
En el antiguo Palacio del Hielo, allí donde no hace mucho tuvo asiento toda banalidad -aun para mayores empeños banales y aleatorios fue construido- y en sus muros repiqueteó la inarmónica armonía del «jaza-band» se ha domiciliado Clío, la notable matrona, la musa maestra de la vida, como la llamó Cicerón, la simbólica dama de todas las serenidades: la suma verdad y discreción. Clío, dueña y señora del mundo y de la vida pretérita, ejemplo y enseñanza de la presente, faro del futuro, nada desdeña, porque sobre todo está y todo lo rige.
Leer más...
La Voz, 14 de septiembre de 1931
...Yo he visto muchos gabinetes de trabajo rodeados de libros, pero no iguales a éste. En unos, los libros estaban herméticos y apretados, limpios y en uniformidad de parada; en otros, empolvados, maltrechos y como arrojados allí; en los primeros se veían libros sin lector; en los segundos, libros acaso leídos pero no amados después. En este de D. Gregorio Marañón los libros dicen su amistad con el lector y el amor y cuidado del lector, para ellos. Todo está listo para el noble servicio de nutrir, de refrescar la inquietud de su dueño.
Leer más...
El Sol, 28 de junio de 1931
En trance España de darse a sí misma sus hombres de gobierno, hemos creído un deber conectar unos momentos con el prócer inteligente doctor D. Gregorio Marañón, reserva inteligente inagotable, jugo nutricio de juventudes españolas. Sus palabras en estos momentos, en que el gesto del país es de una augusta belleza patética, tienen una resonancia solemne. Cayendo sobre el hecho concreto de las elecciones, pueden tener un valor profético y un valor magistral.
Leer más...
La Voz, 12 de octubre de 1931
TODAS LAS HORAS
En uno de los escritorios del Congreso hay un magnífico reloj que marca todas las medidas del tiempo: un formidable calendario en movimiento. La hora en cada país del mundo reza allí matemáticamente: Londres, París, Berlín, Washington, Roma, Tokio, Pekín, Buenos Aires...
Junto a él, en un rinconcito, está con el cronista D. Salvador Madariaga, cerebro magnífico, amplio, viajero, que como el maravilloso reloj marca las horas de todo el mundo...
Leer más...
El Sol, 5 de septiembre de 1931
La revista «L'Europe Nouvelle», que fundó hace unos años un premio político, concedido en 1930 a D. Salvador de Madariaga por su libro «Ingleses, Franceses y Españoles», publica hoy, con el título «La España Republicana», una interesante declaración del embajador de Washigton y delegado de la Sociedad de las Naciones. He aquí un resumen de las palabras del ex-director de la Sección del Desarme en el organismo de Ginebra:
Leer más...