La promesa de España: Los comuneros de hoy se han alzado contra el descendiente de los Austria y los Borbones (y III)

Miguel de Unamuno - El Sol, 14 de mayo de 1931

Hay otro problema que acucia y hasta acongoja a mi patria española, y es el de su íntima constitución nacional, el de la unidad nacional, el de si la República ha de ser federal o unitaria. Unitaria no quiere decir, es claro, centralista, y en cuanto a federal, hay que saber que lo que en España se llama por lo común federalismo tiene muy poco del federalismo de Tite Fedendist o New Constitution, de Alejandro Hamilton, Jay y Madison. La República española de 1873 se ahogó en el cantonalismo disociativo.

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La promesa de España: Comunismo, fascismo, reacción clerical y problema agrícola (II)

Miguel de Unamuno - El Sol, 13 de mayo de 1931

El comunismo no es, hoy por hoy, un serio peligro en España. La mentalidad, o, mejor, la espiritualidad del pueblo español no es comunista. Es más bien anarquista. Los sindicalistas españoles son de temperamento anarquista; son en el fondo, y no se me lo tome a paradoja, anarquistas conservadores. La disciplina dictatorial del sovietismo es en España tan difícil de arraigar como la disciplina dictatorial del fascismo. Los proletarios españoles no soportarían la llamada dictadura del proletariado. A lo que hay que añadir que, como España no entró en la Gran Guerra, no se han formado aquí esas grandes masas de ex combatientes habituadas a la holganza de los campamentos y las trincheras, holganza en que se arriesga la vida, pero se desacostumbra el soldado al trabajo regular y se hace un profesional de las armas, un mercenario, un pretoriano.

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La promesa de España: Pleito de historia y no de sociología (I)

Miguel de Unamuno - El Sol, 12 de mayo de 1931

Se ha dicho que la filosofía de la Historia es el arte de profetizar lo pasado; mas es lo cierto que no cabe profecía ni del porvenir sino a base de Historia, aunque sin filosofía. Lo que puede prometer la nueva España, la España republicana que acaba de nacer, sólo cabe conjeturarlo por el examen de cómo se ha hecho esta España que de pronto ha roto su envoltura de crisálida y ha surgido al sol como mariposa. El proceso de formación empezó en 1898, a raíz de nuestro desastre colonial, de la pérdida de la últimas colonias ultramarinas de la corona, más que de la nación española.

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Crónica del pueblo en armas

Ramón J. Sender - 1936, Páginas 35-47

... En los años 1921, 1922 y 1923 ocurrieron hechos que tuvieron una gran importancia en la vida de los pueblos del Mediterráneo, especialmente en Italia y en España. El pueblo español padeció las consecuencias de la política militar de la monarquía. El rey Alfonso XIII, que no había sido nunca más que un pelele trágico, demostró su peligrosa inconsciencia animando bajo mano al general Silvestre para que invadiera y saqueara algunos rincones de Marruecos, a donde no había podido llegar aún la acción imperialista de la monarquía. En julio de 1921, los rifeños dirigidos por Abd-el-Krim coparon las posiciones nuestras de la vanguardia y continuaron en su avance hasta derrotar todas las fuerzas de la comandancia de Melilla, en número de cerca de quince mil. Murieron más de doce mil soldados abandonados por sus jefes.

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Las evidencias de Casas Viejas

Ramón J. Sender - La Libertad, 23 de febrero de 1933

He aquí las conclusiones que pude desprender de las averiguaciones en Casas Viejas tres días después de los sucesos y que van a comprobar diputados y periodistas de todos los sectores, desde el monárquico hasta los grupos burgueses radicalizados. Algunos han comenzado a hacerlo ya en sus periódicos.

Las conclusiones son:

* Los pocos propietarios que hay en Medina Sidonia y Casas Viejas son monárquicos de tipo feudal. La República que representan Azaña y los socialistas puso a su servicio todo el aparato de represión de un régimen votado por los enemigos del feudalismo y de la monarquía.

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La FAI, Maciá, la revolución y la CNT

Ramón J. Sender - El Sol, 5 de agosto de 1931

Contestación a «El Sol»

En el artículo que días pasados publicaba El Sol sobre el momento social y político de Cataluña se rozaban cuestiones fundamentales de la vida orgánica de la C.N.T. dejando en el aire afirmaciones ligeras. Es conveniente dar a esas afirmaciones su gravidez específica y dejarlas sentadas no en el aire ni en los escaños del Congreso -donde a la ligera se le ha querido dar últimamente una consagración nacional-, sino en la tierra firme de los hechos.

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Discurso sobre el derecho de España a ser una República

José Sánchez Guerra - Al servicio de España. Un manifiesto y un discurso. Madrid, 1930, págs. 85 y ss.

«... Yo lo he sido en España todo; por haberlo sido todo, estoy aquí y estuve en otras partes. Porque decir lo de que he sido en España todo y añadir de pronto: Está bien, pues ahora no me importa nada de lo que en España pase y busco mi comodidad y mi tranquilidad, ¡ah, eso, no! Eso, a mi juicio, hubiese sido una vileza, y por eso estoy aquí, y por eso estuve en Valencia, y por eso estuve en París (1). Pero yo tengo una gran fuerza, una fuerza muy grande, y es que yo no aspiro a nada. Aspiro a lo que diré dentro de un momento, pero aspiro para mi país, para España. No hay cosa, para un hombre acostumbrado como yo a la lucha parlamentaria, tan agradable, tan eficaz, tan alentadora, como la interrupción, y una que acabo de oír me lleva a recogerla, contestando al par, aunque dudo si será digna de tal honor, cierta hoja verde que ha circulado por ahí.

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Victorias inútiles

José Antonio Primo de Rivera - F.E. núm 2, 11 de enero de 1934

Hace varias tardes, durante la sesión necrológica en recuerdo del señor Maciá, hubo un momento -ya lo sabe todo el mundo- en que al grito de «¡Viva la República!», se pusieron en pie frenéticamente dos terceras partes de los diputados. No lo gritaban en respuesta a ninguna provocación: nadie había proferido expresión alguna contra el régimen; simplemente de un bando de la derecha había salido un «¡Viva España!», que por poco produce un ataque epiléptico al señor ministro de Hacienda. El señor ministro de Hacienda abrió un portillo en el pupitre que separa al hemiciclo del banco azul, avanzó por ese portillo hacia la mesa donde los taquígrafos trabajan y prorrumpió en vítores al régimen. En seguida, como almacén de combustibles al que se pone fuego, todos los republicanos, los socialistas, la esquerra, el señor Gordón Ordax, todos, todos, se entregaron al frenesí republicano: «Viva la República! ¡Viva la República! ¡Viva la República!».

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Discurso de la fundación de Falange Española

José Antonio Primo de Rivera - Teatro de la Comedia de Madrid, 29 de octubre de 1933

Nada de un párrafo de gracias. Escuetamente, gracias, como corresponde al laconismo militar de nuestro estilo.

Cuando, en marzo de 1762, un hombre nefasto, que se llamaba Juan Jacobo Rousseau, publicó El contrato social, dejó de ser la verdad política una entidad permanente. Antes, en otras épocas más profundas, los Estados, que eran ejecutores de misiones históricas, tenían inscritas sobre sus frentes, y aun sobre los astros, la justicia y la verdad. Juan Jacobo Rousseau vino a decirnos que la justicia y la verdad no eran categorías permanentes de razón, sino que eran, en cada instante, decisiones de voluntad.

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José Antonio Primo de Rivera habla del fascismo

José Antonio Primo de Rivera - Carta a Juan Ignacio Luca de Tena. ABC, 22 de marzo de 1933

A Juan Ignacio Luca de Tena:

Sabes bien, frente a los rumores circulados estos días, que no aspiro a una plaza en la jefatura del fascio, que asoma. Mi vocación de estudiante es de las que peor se compaginan con las de caudillo. Pero como a estudiante que ha dedicado algunas horas a meditar el fenómeno, me duele que ABC tu admirable diario despache su preocupación por el fascismo con sólo unas frases desabridas, en las que parece entenderlo de manera superficial. Pido un asilo en las columnas del propio ABC para intentar algunas precisiones. Porque, justamente, lo que menos importa en el movimiento que ahora anuncia en Europa su pleamar, es la táctica de fuerza (meramente adjetiva, circunstancial acaso, en algunos países innecesaria), mientras que merece más penetrante estudio el profundo pensamiento que lo informa.

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